Capítulo 2

Aquí os dejo el capítulo dos, no es por nada pero merece la pena leerlo, creedme, leelo y sabrás que va a pasar:






Miedo.




Bajo saltando las escaleras, mis padres siempre me dicen que las baje despacio porque como las baje así algún día me caeré, pero no les hago caso, soy como mi hermano, desobediente pero buena.
Me he vestido cómoda, llevo un pantalón de chándal negro con una raya rosa en cada lado de fuera de cada pierna, llevo una chaqueta que va a juego con el pantalón, debajo me he puesto una camiseta de manga larga de color rosa y llevo unas deportivas de color negro con el símbolo de la marca rosa, se podría decir que voy perfectamente conjuntada. Antes de bajar y después de vestirme, me he ido al baño que hay en mi cuarto y que sólo se puede acceder a él pasando por mi habitación y me he peinado ahí, y preparado, me he hecho una coleta alta con gomas de color negro y unos pendientes de estrellas rosas.
Hoy me da la increíble y rara sensación de que este día va a ser muy diferente a los demás que he vivido en mi vida, pero ignoro a esa sensación que me atormenta desde que me he despertado y acabo rápido de bajar las escaleras.
-Vámonos- le digo a Dafne mientras abro la puerta de fuera y salimos a la calle con Flufi.
Nos dirigimos a un parque donde admiten a los perros, está lejos de nuestras casas pero por dar una vuelta. Vamos todo recto por la calle que está más cerca de donde se sitúa mi casa, luego giramos a la izquierda y subimos una cuesta leve pero que acapara cinco calles por lo menos, es demasiado larga pero aprovechamos Dafne y yo a hablar de nuestros asuntos. Cuando acabamos la cuesta casi interminable nos toca esta vez otra cuesta pero esta hacia abajo y cuando acabamos llegamos al esperado y lejano parque.
Flufi se empieza a poner nervioso y Dafne decide soltar la correa para que él pueda correr pero sin quitársela.
-Dafne, ¿nos sentamos en aquel banco?- le pregunto a ella, señalando el banco de madera que afortunadamente está en buenas condiciones, no como otros.
Dafne asiente con la cabeza y las dos nos sentamos, yo cruzo las piernas como los indios y ella pone su pierna izquierda sobre la derecha.
-Naya, ¿te has fijado que en este momento empieza a hacer frío? Me suena esta brisa…- comenta Dafne mirando al cielo y luego a todo lo que nos rodea.
-Tu ahora estás rara, lo siento mucho por decírtelo, pero es verdad- la miro muy extrañada y sinceramente asustada.
-Naya es que… de repente esta brisa que cada vez es más fría y fuerte… he sentido esto antes- hasta ella ahora está asustada de sí misma.
Le pongo una de mis manos en su hombro para que se tranquilice porque incluso tiembla y después me mira a los ojos, hasta en sus ojos se siente su mismo miedo y se levanta del banco.
-Vámonos de aquí, por favor Naya-
-Pero ¿por qué? ¿Qué pasa? Mejor dicho ¿qué te pasa? Sólo es una brisa nada más- digo con expresión confusa y encogiéndome de hombros, vaya, la sensación de que hoy será un día diferente voy creyendo que es verdad.
-¡Pero Naya! Por una vez no me entiendes, normal, para ti será raro- lo último que dice creo que lo dice más para sí misma que a mí.
-Dafne ¿qué pasa con esta asquerosa brisa que se ha levantado?- esta pregunta la digo como burlando a mi amiga pero ella aún así me ignora.
Dafne no me contesta pero al instante de preguntarlo veo que abre sus ojos de par en par, no parpadea y me asusta, está inmóvil. Me levanto yo también y paso una de mis manos extendida delante de su cara para ver si reacciona, suele siempre reírse cuando le hago esto, pero esta increíble vez no. Ya que tiene agarrado a Flufi, como se ha quedado petrificada le cojo la correa por si su perro tira de ella y cuando agarro la correa Flufi se esconde debajo del banco corriendo y con el rabo entre las piernas.
Miro a mi alrededor, no hay nadie y el perro y su duela me están asustando por su raro comportamiento pero al girar la cabeza y mirar lo que mira mi amiga, detrás de mí, al instante de verlo la entiendo.
Se está formando demasiado cerca de nosotras un pequeño tornado pero aún siendo pequeño no me arriesgo, reacciono, no como Dafne y cojo a su perro y a ella de la mano y los arrastro corriendo.
Dafne por fin se mueve y me coge la correa de Flufi, corremos pero el tornado que cada vez se hace más grande nos está alcanzando. Oigo a Dafne de fondo, no la oigo bien pero la veo… ¿feliz?
Llegamos a un pequeño puente de madera y se tira por él, corre agua pero no tiene la suficiente fuerza como para arrastrarla y Flufi hace lo mismo, yo sigo corriendo. Estoy asustada, tengo miedo y unas cuantas lágrimas recorren mis mejillas al mirar atrás y ver que Dafne tiene el pulgar extendido y sonriendo, mientras yo lloro porque el tornado va hacia mí, está tan cerca que puedo notar su fuerza.
A los pocos segundos noto que mi corazón va a explotar de los nervios y que la adrenalina recorre todo mi cuerpo, corro, pero ya no toco el suelo con los pies, el tornado me está absorbiendo, giro y giro y giro, cierro los ojos pero antes veo a Dafne, sonriendo… ¿se puede saber por qué sonríe? Voy a morir ¿y ella está feliz? Creía que era mi mejor amiga, no entiendo nada, me pitan los oídos, por fin cierro los ojos y rezo mentalmente para que sea, por favor, rápido y no doloroso.




Ya está, espero que os haya gustado. Recuerdo que hay una encuensta, espero que participeis, gracias a la gente que se hace seguidor de mi blog y que deja un comentario para saber yo si os gusta o no :)