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Lo primero, gracias por visitar este blog, en él escrinbo mi libro, espero que si lo lees disfrutes mientras lo lees y que te hagas seguidor y espero que te guste. Gracias.

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miércoles, 28 de diciembre de 2011

Capítulo 10 + Felicitación + Amapola

Hola a todo el mundo, espero que estéis pasando unas buenísimas naviades :) Aquí os dejo el último capítulo que publicaré en este año que está a punto de acabar, espero que os guste aunque es un pelín cortito ¿vale?







Capítulo 10
Sacando conclusiones.








-Primero:



Los síntomas de la trasformación son horrorosos, sé que anteriormente hice la estúpida pregunta- ¿eso es todo?- pero lo siento, me arrepiento de haber formulado tal pregunta, lo pienso detenidamente y es horroroso. Lo he pasado fatal hoy en el instituto y mi intuición me dice, que no tengo mucha, pero que creo que esta vez llevo la razón lo de hoy no ha sido el final, acaba de comenzar y me da a mí que este dolor que he pasado durante estos días lo sufriré más. Me duelen todavía un poco las rodillas aunque he salido del instituto y me encontraba mejor pero ahora estoy tumbada en el sofá del salón de mi casa y no me puedo mover, no es que me pase lo que me ha pasado en el instituto pero… es por el gran cansancio que siento en el cuerpo.

Hoy mi padre no vuelve hasta la noche y mi madre vendrá dentro de una hora y media con mi hermano ya que trabaja en el mismo colegio que va mi hermano, estaré sola durante ese tiempo, me parece incluso un alivio, no quiero que me vean así.
Ahora es la hora de comer, yo acabo de terminar de comer pero cuando venga mi madre ella comerá y aprovecharé a ir a mi cuarto a echarme un rato en la cama, pero no me apetece ahora.

Aprovecho ahora que estoy sola, en silencio y sin agobios a reflexionar y lo primero que me viene a la cabeza es que, no debería de haber sido tan borde y dura con Jason, yo en realidad no soy así pero no sé por qué me muestro así con él, si ni le conozco. Decidido, mañana cuando vaya a clase le pediré disculpas y espero que me perdone aunque supongo que sí.

Además, ya que hoy no me han mandado deberes aprovecharé a ir a casa de Ione para hablar con ella sobre todo esto, la tengo que informar ya que ella es la experta desde hace años y también le pediré unas cuantas explicaciones, que las necesito a la de ya.




-Segundo:



Ya llega la época de exámenes, estaré muy atareada estudiando y haciendo deberes, no sé qué haré y encima me viene esto tan extraño que estoy viviendo ahora mismo, voy a estar muy agobiada y eso es decir poco.

Espero que el destino, la vida o lo que sea que tenga que ser sea bueno y considerado conmigo para aunque sea sacar bien los exámenes y luego lo que pase que tenga que pasar por la ley de la naturaleza, que pase.





Tercero:



Ese chico, el chico nuevo que ha venido hoy a mi clase, Jason, no sé por qué pero no me inspira confianza alguna- con mucha gente que he conocido me ha pasado esto de que no me inspire confianza pero él es distinto- y además de que tampoco sé por qué veo algo raro en él si tiene que ser un chico normal ¿no? Me surgen demasiadas dudas y sólo es el primer día que le veo, ya veré los próximos días que quebrantaderos de cabeza, que me conozco.

Me he quedado de piedra cuando hoy en el pasillo a solas me ha dicho en esa última conversación “y en realidad, sí que es asunto mío, siempre lo fue”, no lo entiendo, si no sabía a lo que yo me refería y supongo que no sabe lo que estoy viviendo ahora mismo. ¿A qué se refería con que en realidad sí que es asunto suyo? Y lo más sorprendente, que me ha llamado la atención y lo que me ha asustado fue “siempre lo fue”, solo puedo decir una cosa ¿QUÉ?

No es asunto suyo y punto.

Otra cosa que no sé, ¿Por qué le doy tantas vueltas de esta manera todo lo que he pasado en el día de hoy con este chico, ese idiota, extraño, chulo, pero que se preocupa por mí…? -Suspiro-
¿¡Eh!? ¿En qué estoy pensando?





Por último:



Definitivamente, he sacado una conclusión para todo esto en lo que he reflexionado: todo esto me supera y por eso me está afectando tanto a la cabeza e incluso puedo concluir con que mi salud mental es dudosa, pero es que estoy demasiado confusa con todo, demasiadas cosas en sólo dos días, dos estresantes días.











Espero que os haya gustado :)



Feliz Año!!

Espero que os lo paséis realmente bien el día de Nochevieja, que tengáis una buena noche y que tengáis una buena entrada al año nuevo al que dicen tanto del fin de mundo xD  2012
Gracias a todos los que os unís a este blog, ya somos 37, somos pocos pero me basta para saber que hay una poquita gente en la tierra que les gusta mi libro :)



Amapola.

Sí, así se llama un blog nuevo de una amiga mía llamada Sandra, su blog es bonito y original, espero que os paséis (clica aquí) y así descubriréis de que va a ir, es nueva por lo tanto desea que la gente se pase. Espero que aunque sea lo visitéis pero yo is aseguro que no tiene pérdida! Espero que os guste tanto como sea posible.












Gracias por leer.

domingo, 18 de diciembre de 2011

Capítulo 9

¡Hola! Bueno ya aquí tengo el capítulo nueve, y además, muchas gracias por comentar y visitar mi blog y me alegro un montón de que un grupito (aunque sea pequeño) le guste mi libro... un gran abrazo para mis seguidores/as.








Capítulo 9
Verdaderamente raro.





-¿Pero Naya, que te ha pasado?- me pregunta mi profesor después de que el otro profesor me siente en la silla.
Se repite esta misma pregunta tantas veces como tantos alumnos hay en esta clase. La verdad, con tanta pregunta y tanto grito me empiezo a sentir nerviosa, disgustada y sobre todo muy agobiada. Respiro  muy deprisa, me escuecen los ojos, los latidos de mi corazón se aceleran y miro a cada compañero de mi clase rápidamente y en todos los rostros, absolutamente todos tienen o cara de sorpresa o de miedo, el único que no expresa nada y que está serio mientras me mira es Jason, que chico más raro.
“Es demasiado extraño, me da incluso miedo de que me mire con esa cara, seriedad total y tiene las cejas demasiado unidas” tal pensamiento me ronda en la cabeza en una milésima de segundo, es que es verdad, da demasiado miedo con esa siniestra expresión.
Se me olvida todo porque de repente siento que se me vuelven a dormir desgraciadamente las piernas, esta vez estoy menos asustada y tengo claro que delante de todos no voy a llorar, soy una chica fuerte. Ahora el grito del profesor me saca de todo pensamiento.
-¡Silencio!- dice mi profesor elevando mucho la voz y como no, todos se callan al instante, típica escena en la que todos se callan y debería sonar un grillo pero aquí no hay grillo que valga, silencio absoluto- ahora mismo voy a ir a secretaría para que alguien llame a una ambulancia, mientras no quiero oír ni un solo ruido mientras me ausento. A quien pille hablando cuando venga sufrirá las consecuencias- y tras decir esto mi profesor se va rápidamente de la clase y ha dicho esto porque como nos quedamos solos ya que el profesor de Dafne también se ha tenido que ir porque su clase tampoco se puede quedar sola.
Ante la vista atenta de todos los compañeros de la clase se acerca a mí Dafne y pone una de sus manos en mi hombro apoyada.
-Naya, ¿qué te ha pasado?- me susurra al oído para que nadie oiga la conversación que quiere comenzar.
-Dafne, no es el momento más indicado como para hablar de esto ¿no?- le informo mientras todas las miradas están dirigidas a nosotras, me intimidan demasiado… me siento demasiado observada y miro al suelo avergonzada.
-Me da igual, dímelo- esta vez noto seriedad en su voz.
-No sentía las piernas, me sentía impotente y no he tenido más remedio que avisar- le respondo con la voz ligeramente temblorosa nada más empezar a recordarlo.
-¿Crees que será de… eso?- me pregunta en un tono bajo.
-¿De eso, qué?- le pregunto extrañada.
-Que cortita estás ahora mismo- comenta negando con la cabeza Dafne y veo que está un poco decepcionada por mi mente que estos momentos está tan bloqueada como mis piernas.
-Bueno, bueno… ¡Ah! Ya sé a lo que te refieres… tal vez- le respondo lo que quiere al fin.
-Por fin, Naya, me estabas preocupando- comenta enseñando su sonrisa.
Después de esto intento mover las piernas y al fin consigo moverlas, aunque con dificultad pero lo consigo. Corriendo tengo que avisar al profesor para que no llame a una ambulancia ¿pero cómo?
-¡Dafne!- la llamo ya que ahora se encuentra en el pasillo para esperar al profesor y la clase entera se estremece ante la elevación de la voz que de repente he hecho, todos son muy cotillas, intentando averiguar qué pasa, incluso algunos de la clase me han preguntado y yo por supuesto he dicho que nada malo pero en el fondo todo el mundo sabe que no es así- hazme el favor de avisar al profesor de que no llame ya a una ambulancia que ya estoy bien, mira- le digo para que vea ella como muevo por fin las piernas.
-Sí- exclama mientras sale corriendo por los pasillos y se oye el eco de sus pisadas fuertes, seguras y rápidas.
No había pensado en eso antes pero ahora de nuevo siento miles de miradas que me agujerean en especial la de Jason, que sigue tan siniestra como antes.
A los pocos minutos entran por la puerta de la clase mi profesor y Dafne.
-¿Ya estás bien? Estaba casi cogiendo ya el teléfono para llamar a la ambulancia ¿quieres ir a llamar a tu casa para que te vengan a recoger?- me pregunta mi profesor aún preocupado y rápido, tanto que le he conseguido entender con un poco de dificultad.
-No gracias, estoy bien, no necesito nada- le digo mientras me levanto, aunque me siento un poco mareada le quito importancia, coloco la silla del profesor en su sitio y me voy a sentar en el mío.
-Dafne, vete ya a tu clase- le ordena el profesor a mi mejor amiga que ésta asiente y muestra de nuevo una sonrisa, el profesor se la devuelve pero con un sentido diferente “vete ya por favor” y cierra la puerta después de ver que ya sale.
-¿Segura que estás bien? ¿No quieres nada?- me pregunta de nuevo, creo haberle dicho anteriormente que sí estoy bien.
-Sí, ya estoy bien- digo ante toda la clase y en alto como el profesor.
-¿Segura?- ya hemos pasado por esto dos veces ¿no?
-Sí- afirmo definitivamente con un tono ya molesto que el profesor por fin percibe y empieza de nuevo a dar la clase aunque ya solamente quedan diez minutos de ella.

Cuando al fin llega la última hora me siento mucho mejor y aliviada porque solo el dolor durara más o menos un cuarto de hora ¿eso es todo? , vale, lo he pasado mal en su momento pero por las palabras de ayer de Ione me parecía mucho peor y catastrófico.
Cuando suena el timbre que anuncia que el lunes en el instituto ya ha acabado intento recoger rápido para que Dafne no tengo que esperar mucho fuera ya que tiene gimnasia y sale la primera, cuando voy a salir por la puerta alguien me agarra el brazo, una mano un tanto grande y con verdadera fuerza pero no la suficiente como para hacerme daño. Al menos no me duele en comparación con lo que he pasado hoy.
-Si necesitas algo, me da igual lo que sea, que sepas que estaré ahí ¿vale?- me informa Jason  serio y luego esboza una sonrisa, una bella sonrisa.
-¿A qué viene esto? Pero si sólo nos conocemos de… ahora- le pregunto mirando mi brazo en el que me agarra y él rápidamente me suelta.
-Sólo para que lo sepas- sonríe- ¿qué te ha pasado?- me pregunta ahora mostrando interés aunque no sé si siente eso ya que exagera demasiado su fingida curiosidad, levanto una ceja más que la otra.
- Nada que… perdona, pero no es asunto tuyo- le digo de nuevo molesta, me irrita este chico aunque en el fondo sé que no debo ser tan borde con él pero es que me incita a serlo.
-¡Ja!- exclama él de repente, menos mal que ahora ya no hay nadie por los pasillos, somos los últimos en salir de allí, Dafne me va a matar- vale, sé que no sabes nada, pero que sepas que en realidad sí que es asunto mío, siempre lo fue- me dice mientras se da media vuelta, baja las escaleras y se marcha.
Todo tipo de cosas me rondan por la mente: ¿A qué ha venido eso? Que chico tan raro, ¿Qué no sé el qué? ¿Es asunto suyo? ¿De verdad? ¿Por qué me dará la sensación que debo de alejarme de él? Me da miedo pero a la vez…
Pero a lo que me tengo ahora que concentrar es en salir corriendo para que Dafne pueda “matarme” ya.
-¡Dafne!- grito en el patio para llamarla y hacerla saber de que no me he ido sin ella.
-¡Tú!- exclama mucho más fuerte que yo, menos mal que aquí también estamos solas- ¿qué pasa contigo? ¡Te mato ahora mismo por tardar tanto y mantenerme aquí en este sitio!- está enfadada pero a la vez sonríe por tal situación  tan cómica: corro con la mochila con dificultad ya que pesa mucho y ella pisándome los talones y levantando un puño al aire, también Dafne corre con dificultad y va cada vez más lento ya que no puede con las risas que se echa porque parecemos dos pingüinos corriendo.
Cuando ya nos rendimos y hay paz, nos reunimos y hablamos mientras nos dirigimos a nuestras casas. Hablamos del día lo interesante y lo que no, giramos a la derecha, luego a la izquierda y después vamos recto, ahora Dafne empieza y veo que se le forma una sonrisa en su rostro, pero picarona y eso me da un miedo terrible.
-¿Qué planeas?- le pregunto fingiendo miedo y apartándome poco a poco de ella.
Vamos por una calle estrecha y giramos a la derecha.
-No planeo nada, sólo pensaba- mantiene esa sonrisa siniestra y suelto una carcajada.
-¿El qué?- le pregunto sonriente aunque me da miedo saberlo.
-¿Quién era ese con el que hablabas en la puerta de tu clase?- me da unos codazos suaves, cuando ve mi cara de asombro sigue hablando- sí, me ha dicho Natalia que te retenía un chico nuevo de tu clase en la puerta ¿qué?- sonríe mucho más.
-Qué graciosa- hago una mueca y sigo- sí, uno nuevo que es bastante pesado- le digo solamente, poniendo mala cara e intentando que Dafne no me mire a los ojos, siempre me delato a mí misma.
-Es guapo y me da a mí que a ti también te lo parece aunque me jures por lo que sea que a ti te da igual- me da unas palmadas en la espalda, como me conoce la muy mala- ese pelo castaño, esos ojos verdes, esa musculatura, esa sonrisa-
-¿Y tú que sabes? si no le habías visto o al menos no te has fijado.
-Yo me fijo en todo y lo sabes tú mejor que nadie- una carcajada.
-Anda- le digo levantando la mano abierta y mirando al suelo- calla y anda- le digo riéndome por lo bajo y ella me ve y suelta ella también una carcajada sonora.








Espero que os haya gustado :)  Yo al imaginarme la escena última tan cómica se me escapa una pequeña carcajada... jajaja. Bueno por fin van a llegar las vacaciones de Navidad y queda solamente una semanita para Navidad y poquito para fin de año... a ver que tal se ve el año 2012 (tanta gente con lo del fin del mundo... es que...  -.-')  pero bueno, espero que sea un buen año para todo el mundo :)
Un gran saludo a la gente que lee mi libro y comenta aquí.













Gracias por leer.

jueves, 8 de diciembre de 2011

Capítulo 8 y algo más.

Hola a todos, sí, aquí hoy pongo el capítulo ocho. Sé que el anterior fue un poco cortito pero este capítulo es bastante más largo y encima pasa algo... si quieres saber lo que pasa ya sabes :) Sigue leyendo.





Capítulo 8
El comienzo.





Al unir su mesa a la mía yo me pego a la pared pero él vuelve a unir su mesa con la mía, no hay nada que hacer, no tengo escapatoria.

Cuando se sienta me mira, ve que no me apetece mucho entablar ahora una conversación con nadie y no quiero comenzar nada, aún así él habla.

-Hola- me saluda en un susurro casi inaudible incluso para mí que estoy a su lado, para que nadie, por supuesto, nos oiga- ¿Cómo te llamas?- no quiero ni mirarle para no quedarme mirando sus preciosos ojos y no quiero hablar con él, aunque me muera por preguntar si él fue el chico de ayer del parque.

A los pocos segundos me rindo y le miro directamente a los ojos, el mantiene perfectamente la mirada pero a mí me cuesta y la bajo, sonrojada, cojo un libro y lo comienzo a leer, le doy la agenda para que se distraiga un poco copiando el horario que tenemos.

-Me llamo Naya- le respondo- aquí tienes el horario- no le miro, solo me limito a leer falsamente.

Antes de que coja la agenda le miro de nuevo, él me mira y me fijo de que se está mordiendo el labio inferior, me da un vuelco al corazón, no sé por qué y vuelvo a la tierra.

-Gracias- me agradece, amablemente.

Me encojo de hombros mientras miro el paisaje por la ventana, viendo como varios pájaros vuelan, los coches pasan por la carretera, personas andando por la acera, municipales controlando el tráfico y por supuesto algún alumno que en este momento se salta la clase que le toca ahora, tiene que haber por ahí alguno a la fuerza.

Yo, personalmente como seguramente muchas personas cuando me miran fijamente y no miro a esa persona que me clava la mirada por la espalda noto su mirada en mí, como si me la clavara o me quemara por donde pasa su mirada, me pone los pelos de punta y precisamente ahora mismo tengo esa desagradable sensación. Jason me mira fijamente, de nuevo, sin apartar la mirada de mí ni un segundo, me sonríe por décima vez consecutiva, que agobio, aunque en el gran fondo me gusta… ¡¿Cómo puedo pensar en esa tontería?!

Ya le voy a escupir alguna frase un tanto desagradable como: ¿Tú que miras?” o “Cámbiate de sitio por dios que me pones de los nervios tú y tu mirada” pero suena la campana, de todas formas yo no soy tan grosera.

Riiiiiing.

Por primera vez por mi cabeza pasa este pensamiento: “Salvada por la campana”

Menos mal que Jason se limita a dejar la mesa a su lugar original, separada de la mía, silla y todas sus cosas pero casi no le dejan las chicas de mi clase que este año desgraciadamente me ha tocado en la misma clase de las tonta-populares, que desgracia la mía y ahora son problema de Jason ya que le están rodeando como abejas a una flor.

Yo ignoro a todas e intento escapar, con éxito, de este lugar del aula ya que no está la jefa de estudios que se ha ido corriendo y las populares están rodeando a Jason y son demasiadas. Me deslizo entre muchas mesas de la clase hasta que llego a la mesa de Natalia. Ella ya que pasa de todo y tiene un estilo un tanto extraño y oscuro nunca se molesta en ir a mi mesa y así hablamos, no, tengo que ir yo a la suya, pero creo que esta vez se lo agradezco ya que mi mesa está rodeada de chicas enloquecidas por el nuevo y que piden turno para hablar con él, en especial porque seguramente sea el nuevo juguete que maltratar durante un tiempo por cada una, un lío de un día y punto.

Ahora tengo una hora de estudio asique me toca quedarme en clase y estudiar.

-Hola de nuevo Natalia- la saludo felizmente y con un tono cantarín aunque realmente feliz no estoy, me siento… extraña, mi cuerpo está extraño.

-Hola de nuevo Naya- me saluda Natalia imitando mi voz- ¿Qué tal con el nuevo?- suelta una risita- perdón- y suelta otra- es que… que pringada- ahora ya suelta la carcajada que quería soltar desde hace un buen rato, que chistosa ¿verdad?
-Ja, ja, ja- digo esas palaras separadas, exclamando que no me hace nada de gracia- y por favor no me lo recuerdes, me pone absolutamente de los nervios, no para de mirarme y me da a mí que este chico es uno de esos que se creen los mejores etc.- le explico a Natalia, mirando el tumulto de gente que sigue habiendo en el fondo de la clase.

-Pues ahora que lo dices, si que parece uno de esos- me da la razón Natalia observándole detenidamente y concentrada.
-¡Sentaos!- exclama mi severo profesor de estudio, todos a la vez que dice esto corremos a sentarnos a nuestro sitio y las chicas contra su voluntad se sientan en sus sitios dejando a Jason durante los próximos cincuenta y cinco minutos respirar. Además, por supuesto ellas se encargan de informar al profesor que hay un alumno nuevo en la clase y por las caras de los chicos deduzco que no les hace ninguna gracia que vayan casi todas las chicas de la clase detrás del nuevo.

Me olvido de todo a mi alrededor y saco de mi mochila el libro que antes inútilmente y gracias a Jason no pude leer, a ver si consigo esta vez leer una página aunque sea, pero no, porque cuando dirijo la mirada a mi nuevo compañero veo que también me mira, con su mirada esmeralda, profunda y curiosa, es increíble… ¡Qué pesado es con las miraditas, parece que sabe que me pone de los nervios! ¿Por qué tendrá que ser tan odioso?

Riiiiiing.

Acaba por fin la segunda clase del día, desde que Jason me ha mirado de tal forma al principio de la clase y yo apartar la mirada fríamente se habrá dado cuenta de que no me importa y ya no me dirige la palabra como en la primera hora.

Voy como antes a la mesa de Natalia pero algo me impide que llegue, mejor dicho alguien, Jason se interpone entre la mesa de Natalia y yo.

-¿Me dejas seguir?- le pregunto con un tono que no le gusta ni a él ni a mí, ya que yo, como he dicho antes, no soy tan grosera. Señalo la mesa de Natalia molesta, voy a apartarle cuando de repente me da un intenso dolor de cabeza, pero no lo digo exagerando, el dolor de cabeza más fuerte que he tenido en mi vida, me mareo, mi visión se limita a solo manchas negras y casi caigo al suelo pero al segundo ya me coge Jason de los brazos.

-¿Estás bien?- me pregunta con repentina preocupación.

-Sí- afirmo, poniendo una mano en mi cabeza, parpadeo repetidamente y se me pasa, afortunadamente, la verdad es que últimamente me pasa esto tan extraño y me atormenta… después de lo del tornado empezó- estoy bien- me deshago de su brazo lentamente y me voy a la mesa de Natalia.

Cuando entra rápidamente mi profesor de ciencias todos se sientan en sus respectivos asientos pero yo me descuido y no me entero hasta que Natalia señala con un dedo disimuladamente a la mesa del profesor y voy a sentarme a mi sitio rápidamente pero el profesor habla.

-Naya, ya que estás de pie, por favor tráeme una tiza- me pide secamente, yo me limito a asentir y corro a la puerta, salgo de la clase, cierro la puerta y respiro hondo, al menos me libro durante un minuto de la mirada que me intimida desde esta mañana.

Estoy llegando a mi clase con la tiza cuando de repente no siento las piernas, me hormiguean, se me duermen por segundos y caigo al suelo, provocando un gran golpe sordo, no me he golpeado la cabeza de milagro. Justo caigo en frente de la puerta de la clase de Dafne y al menos estoy esperanzada de llamar a la puerta de su clase, para que por favor me ayuden a levantarme. Antes, asustada pego a mis propias piernas cada vez mucho más fuerte pero nada, me asusto tanto que se me saltan unas pocas lágrimas, me arrastro por el suelo pero no puedo, ahora tengo un dolor intenso en las piernas, pinchazos por cada milímetro de mi piel y sin más remedio grito, grito desesperada, grito tan fuerte que del ruido los pasillos desiertos y silenciosos tiemblan, me encojo de tal manera que parezco un ovillo pero no pasa, el dolor del infierno no pasa. Tal vez prefiero no sentirlas como antes a que tener este dolor incontrolable que tengo ahora. Alguien al segundo de gritar yo abre la puerta, el tutor de Dafne.

Asombrado me mira.

-Pero ¿qué haces? ¿Qué te pasa?- me pregunta mientras me ayuda a levantarme pero me caigo de nuevo al suelo y del dolor no puedo articular una mísera palabra, este dolor nunca lo había tenido, me escuece demasiado la piel de la cintura para abajo, la sangre pasa por mis venas con mucha dificultad o al menos eso es lo que noto y en mi cuerpo abunda la desesperación de que pare ese horroroso dolor, el estómago se me encoge, el corazón late demasiado despacio, mis ojos se entrecierran, noto cansancio y me empiezan a temblar las manos exageradamente.

Grito de nuevo y esta vez la clase de Dafne entera se estremece y se asoman todos por la puerta a ver y algunos gritan mi nombre ya que me conocen y Dafne asustada se abre paso ante toda esta gente.

-¡Naya!- grita ella tapándose la boca con las manos y muy asustada.

-¡No siento nada del cuerpo!- grito con las lágrimas cayendo salvajemente de mis ojos, pasando por mis mejillas y doy golpes de nuevo desesperadamente a mis piernas.

El tutor me coge en brazos y me lleva a mi clase. Llama a la puerta y luego abre mi profesor, que casi se le caen las gafas y abre de par en par sus ojos diminutos tras sus gafas de culo de botella.

-¡Naya!- exclama mi profesor asustado, llevándose las manos a la cabeza, desde el interior de mi clase se oyen muchos murmullos de asombro sobre todo.

Mi profesor coge su silla que es más grande que la de los alumnos y cómoda e indica al profesor de Dafne que me siente ahí, Dafne se encuentra detrás de su profesor, mirándome con espanto. El tutor de Dafne me sienta en la silla de mi profesor, enfrente de todos los alumnos de mi clase, aunque lo esté pasando realmente mal lo que ronda fuertemente en mi cabeza es el pensamiento “qué vergüenza”.







¿Te ha gustado? Espero que sí y ahora estoy escribiendo el capítulo nueve, a ver que tal.

--->Cambiando de tema, acabé de leer ayer mismo el libro ¿sabes que te quiero? y sinceramente, me gusta la forma en la que escribe Blue Jeans ya que los capítulos acaban de la mejor manera y así el lector desea leer el siguente a la de ya, aunque me ha parecido un tanto extraño el final, intrigante... ¡voy a por Cállame con un beso a la de ya :)












Gracias por leer.