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jueves, 8 de diciembre de 2011

Capítulo 8 y algo más.

Hola a todos, sí, aquí hoy pongo el capítulo ocho. Sé que el anterior fue un poco cortito pero este capítulo es bastante más largo y encima pasa algo... si quieres saber lo que pasa ya sabes :) Sigue leyendo.





Capítulo 8
El comienzo.





Al unir su mesa a la mía yo me pego a la pared pero él vuelve a unir su mesa con la mía, no hay nada que hacer, no tengo escapatoria.

Cuando se sienta me mira, ve que no me apetece mucho entablar ahora una conversación con nadie y no quiero comenzar nada, aún así él habla.

-Hola- me saluda en un susurro casi inaudible incluso para mí que estoy a su lado, para que nadie, por supuesto, nos oiga- ¿Cómo te llamas?- no quiero ni mirarle para no quedarme mirando sus preciosos ojos y no quiero hablar con él, aunque me muera por preguntar si él fue el chico de ayer del parque.

A los pocos segundos me rindo y le miro directamente a los ojos, el mantiene perfectamente la mirada pero a mí me cuesta y la bajo, sonrojada, cojo un libro y lo comienzo a leer, le doy la agenda para que se distraiga un poco copiando el horario que tenemos.

-Me llamo Naya- le respondo- aquí tienes el horario- no le miro, solo me limito a leer falsamente.

Antes de que coja la agenda le miro de nuevo, él me mira y me fijo de que se está mordiendo el labio inferior, me da un vuelco al corazón, no sé por qué y vuelvo a la tierra.

-Gracias- me agradece, amablemente.

Me encojo de hombros mientras miro el paisaje por la ventana, viendo como varios pájaros vuelan, los coches pasan por la carretera, personas andando por la acera, municipales controlando el tráfico y por supuesto algún alumno que en este momento se salta la clase que le toca ahora, tiene que haber por ahí alguno a la fuerza.

Yo, personalmente como seguramente muchas personas cuando me miran fijamente y no miro a esa persona que me clava la mirada por la espalda noto su mirada en mí, como si me la clavara o me quemara por donde pasa su mirada, me pone los pelos de punta y precisamente ahora mismo tengo esa desagradable sensación. Jason me mira fijamente, de nuevo, sin apartar la mirada de mí ni un segundo, me sonríe por décima vez consecutiva, que agobio, aunque en el gran fondo me gusta… ¡¿Cómo puedo pensar en esa tontería?!

Ya le voy a escupir alguna frase un tanto desagradable como: ¿Tú que miras?” o “Cámbiate de sitio por dios que me pones de los nervios tú y tu mirada” pero suena la campana, de todas formas yo no soy tan grosera.

Riiiiiing.

Por primera vez por mi cabeza pasa este pensamiento: “Salvada por la campana”

Menos mal que Jason se limita a dejar la mesa a su lugar original, separada de la mía, silla y todas sus cosas pero casi no le dejan las chicas de mi clase que este año desgraciadamente me ha tocado en la misma clase de las tonta-populares, que desgracia la mía y ahora son problema de Jason ya que le están rodeando como abejas a una flor.

Yo ignoro a todas e intento escapar, con éxito, de este lugar del aula ya que no está la jefa de estudios que se ha ido corriendo y las populares están rodeando a Jason y son demasiadas. Me deslizo entre muchas mesas de la clase hasta que llego a la mesa de Natalia. Ella ya que pasa de todo y tiene un estilo un tanto extraño y oscuro nunca se molesta en ir a mi mesa y así hablamos, no, tengo que ir yo a la suya, pero creo que esta vez se lo agradezco ya que mi mesa está rodeada de chicas enloquecidas por el nuevo y que piden turno para hablar con él, en especial porque seguramente sea el nuevo juguete que maltratar durante un tiempo por cada una, un lío de un día y punto.

Ahora tengo una hora de estudio asique me toca quedarme en clase y estudiar.

-Hola de nuevo Natalia- la saludo felizmente y con un tono cantarín aunque realmente feliz no estoy, me siento… extraña, mi cuerpo está extraño.

-Hola de nuevo Naya- me saluda Natalia imitando mi voz- ¿Qué tal con el nuevo?- suelta una risita- perdón- y suelta otra- es que… que pringada- ahora ya suelta la carcajada que quería soltar desde hace un buen rato, que chistosa ¿verdad?
-Ja, ja, ja- digo esas palaras separadas, exclamando que no me hace nada de gracia- y por favor no me lo recuerdes, me pone absolutamente de los nervios, no para de mirarme y me da a mí que este chico es uno de esos que se creen los mejores etc.- le explico a Natalia, mirando el tumulto de gente que sigue habiendo en el fondo de la clase.

-Pues ahora que lo dices, si que parece uno de esos- me da la razón Natalia observándole detenidamente y concentrada.
-¡Sentaos!- exclama mi severo profesor de estudio, todos a la vez que dice esto corremos a sentarnos a nuestro sitio y las chicas contra su voluntad se sientan en sus sitios dejando a Jason durante los próximos cincuenta y cinco minutos respirar. Además, por supuesto ellas se encargan de informar al profesor que hay un alumno nuevo en la clase y por las caras de los chicos deduzco que no les hace ninguna gracia que vayan casi todas las chicas de la clase detrás del nuevo.

Me olvido de todo a mi alrededor y saco de mi mochila el libro que antes inútilmente y gracias a Jason no pude leer, a ver si consigo esta vez leer una página aunque sea, pero no, porque cuando dirijo la mirada a mi nuevo compañero veo que también me mira, con su mirada esmeralda, profunda y curiosa, es increíble… ¡Qué pesado es con las miraditas, parece que sabe que me pone de los nervios! ¿Por qué tendrá que ser tan odioso?

Riiiiiing.

Acaba por fin la segunda clase del día, desde que Jason me ha mirado de tal forma al principio de la clase y yo apartar la mirada fríamente se habrá dado cuenta de que no me importa y ya no me dirige la palabra como en la primera hora.

Voy como antes a la mesa de Natalia pero algo me impide que llegue, mejor dicho alguien, Jason se interpone entre la mesa de Natalia y yo.

-¿Me dejas seguir?- le pregunto con un tono que no le gusta ni a él ni a mí, ya que yo, como he dicho antes, no soy tan grosera. Señalo la mesa de Natalia molesta, voy a apartarle cuando de repente me da un intenso dolor de cabeza, pero no lo digo exagerando, el dolor de cabeza más fuerte que he tenido en mi vida, me mareo, mi visión se limita a solo manchas negras y casi caigo al suelo pero al segundo ya me coge Jason de los brazos.

-¿Estás bien?- me pregunta con repentina preocupación.

-Sí- afirmo, poniendo una mano en mi cabeza, parpadeo repetidamente y se me pasa, afortunadamente, la verdad es que últimamente me pasa esto tan extraño y me atormenta… después de lo del tornado empezó- estoy bien- me deshago de su brazo lentamente y me voy a la mesa de Natalia.

Cuando entra rápidamente mi profesor de ciencias todos se sientan en sus respectivos asientos pero yo me descuido y no me entero hasta que Natalia señala con un dedo disimuladamente a la mesa del profesor y voy a sentarme a mi sitio rápidamente pero el profesor habla.

-Naya, ya que estás de pie, por favor tráeme una tiza- me pide secamente, yo me limito a asentir y corro a la puerta, salgo de la clase, cierro la puerta y respiro hondo, al menos me libro durante un minuto de la mirada que me intimida desde esta mañana.

Estoy llegando a mi clase con la tiza cuando de repente no siento las piernas, me hormiguean, se me duermen por segundos y caigo al suelo, provocando un gran golpe sordo, no me he golpeado la cabeza de milagro. Justo caigo en frente de la puerta de la clase de Dafne y al menos estoy esperanzada de llamar a la puerta de su clase, para que por favor me ayuden a levantarme. Antes, asustada pego a mis propias piernas cada vez mucho más fuerte pero nada, me asusto tanto que se me saltan unas pocas lágrimas, me arrastro por el suelo pero no puedo, ahora tengo un dolor intenso en las piernas, pinchazos por cada milímetro de mi piel y sin más remedio grito, grito desesperada, grito tan fuerte que del ruido los pasillos desiertos y silenciosos tiemblan, me encojo de tal manera que parezco un ovillo pero no pasa, el dolor del infierno no pasa. Tal vez prefiero no sentirlas como antes a que tener este dolor incontrolable que tengo ahora. Alguien al segundo de gritar yo abre la puerta, el tutor de Dafne.

Asombrado me mira.

-Pero ¿qué haces? ¿Qué te pasa?- me pregunta mientras me ayuda a levantarme pero me caigo de nuevo al suelo y del dolor no puedo articular una mísera palabra, este dolor nunca lo había tenido, me escuece demasiado la piel de la cintura para abajo, la sangre pasa por mis venas con mucha dificultad o al menos eso es lo que noto y en mi cuerpo abunda la desesperación de que pare ese horroroso dolor, el estómago se me encoge, el corazón late demasiado despacio, mis ojos se entrecierran, noto cansancio y me empiezan a temblar las manos exageradamente.

Grito de nuevo y esta vez la clase de Dafne entera se estremece y se asoman todos por la puerta a ver y algunos gritan mi nombre ya que me conocen y Dafne asustada se abre paso ante toda esta gente.

-¡Naya!- grita ella tapándose la boca con las manos y muy asustada.

-¡No siento nada del cuerpo!- grito con las lágrimas cayendo salvajemente de mis ojos, pasando por mis mejillas y doy golpes de nuevo desesperadamente a mis piernas.

El tutor me coge en brazos y me lleva a mi clase. Llama a la puerta y luego abre mi profesor, que casi se le caen las gafas y abre de par en par sus ojos diminutos tras sus gafas de culo de botella.

-¡Naya!- exclama mi profesor asustado, llevándose las manos a la cabeza, desde el interior de mi clase se oyen muchos murmullos de asombro sobre todo.

Mi profesor coge su silla que es más grande que la de los alumnos y cómoda e indica al profesor de Dafne que me siente ahí, Dafne se encuentra detrás de su profesor, mirándome con espanto. El tutor de Dafne me sienta en la silla de mi profesor, enfrente de todos los alumnos de mi clase, aunque lo esté pasando realmente mal lo que ronda fuertemente en mi cabeza es el pensamiento “qué vergüenza”.







¿Te ha gustado? Espero que sí y ahora estoy escribiendo el capítulo nueve, a ver que tal.

--->Cambiando de tema, acabé de leer ayer mismo el libro ¿sabes que te quiero? y sinceramente, me gusta la forma en la que escribe Blue Jeans ya que los capítulos acaban de la mejor manera y así el lector desea leer el siguente a la de ya, aunque me ha parecido un tanto extraño el final, intrigante... ¡voy a por Cállame con un beso a la de ya :)












Gracias por leer.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Wow, chica! Qué capítulo. pobre Naya :( y ese chico...
Estaré atenta al siguiente capítulo!

Anónimo dijo...

Interesante Irene!!
A mi también me encanta Francisco de paula, estoy leyendo ¿Sabes que te quiero?
No me esa gustando mucho, digo, me encanta pero los personajes han cambiado tanto!
Bueno espero el CAP 9
Jason me gusta. Y yo se que le pasa a Naya, seguro es la transformación ¿A que si?
Chau

Anónimo dijo...

Interesante Irene!!
A mi también me encanta Francisco de paula, estoy leyendo ¿Sabes que te quiero?
No me esa gustando mucho, digo, me encanta pero los personajes han cambiado tanto!
Bueno espero el CAP 9
Jason me gusta. Y yo se que le pasa a Naya, seguro es la transformación ¿A que si?
Chau

Ale Lighthart. dijo...

Me encanto el capitulo muy interesante, hay ya quiero saber que pasara,y por que el chico nuevo mira tanto a naya uhhhhhh por que sera, o tal vez es solo por que ella lo miro en el tornado....aaaaaaaaaaaaah ya quiero ver el capi 9....

Aki Bey dijo...

Muchas gracias por leer :D bueno, bueno, veréis el siguiente capítulo... ;)